¿QUÉ ES LA MEDICINA VIBRACIONAL?

La Medicina Vibracional es un sistema terapéutico basado en los principios científicos de que toda la materia del universo vibra a una frecuencia específica y precisa.

Cuando nuestro organismo vibra de una forma inadecuada se produce la enfermedad.

A la hora de restaurar la salud se aplican diversas terapias energéticas sutiles de alta frecuencia para reestablecer el equilibrio orgánico.

La Medicina Vibracional actúa sobre los campos energéticos humanos, pudiendo hasta sanar enfermedades que aún no se han manifestado en el cuerpo físico. Para obtener resultados, la Medicina Vibracional tiene que aplicar medicinas energéticas sutiles de alta frecuencia.

Es un punto de vista de la salud y la enfermedad que tiene en cuenta todas las formas y frecuencias de la energía vibratoria.

Su enfoque para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad se basa en la idea de que todos somos sistemas de energía.

Así es posible diagnosticar diferentes tipos de enfermedades basadas en el conocimiento de las diferentes frecuencias de energías que proceden del cuerpo humano y pueden ser medidas.

Hay muchos ejemplos de energía que vibra: el sonido, la luz, las ondas de radio, rayos X y horno microondas son algunos de ellos.

La autora del libro “Manos que curan”, Bárbara Ann Brennan, desarrolla en profundidad estos conceptos, a través de estudios clínicos científicamente comprobados de curaciones a personas gracias al poder de la energía humana.

La medicina vibracional tiene en cuenta todas las formas de energía vibracional que contribuyen a modificar el sistema de energía humana.

Desde la perspectiva de la física cuántica, las moléculas bioquímicas que componen el cuerpo físico, son también una forma de energía vibracional.

La ecuación de Einstein sugiere que la materia y la energía son mutuamente convertibles entre sí e interrelacionadas.

La materia y la energía son dos formas diferentes de la misma cosa.

Fue Albert Einstein quien descubrió que la materia y la energía son dos formas diferentes de la misma cosa. Las células contienen moléculas que se componen de componentes más pequeños llamados átomos. La teoría de Einstein fue probada y demostrada a nivel atómico, por lo tanto, en el nivel atómico el cuerpo humano puede decirse que está compuesto de diferentes tipos de energía vibracional.

El modelo vibracional

Nuestras células y órganos se sustentan por una serie de sistemas de distribución de energía especializados, alimentados por los nutrientes y el oxígeno, así como un flujo de energía vital. Esto ha sido reconocido desde hace mucho por la medicina oriental, conocida como Qi o Prana, esta energía se puede mejorar o inhibir por varios factores.

En la medicina vibracional uno de los factores reconocidos responsables del flujo de energía vital son nuestras emociones, nuestros comportamientos, la forma en que nos relacionamos con los demás y nuestra conciencia. Nuestras emociones en este modelo no se refieren sólo a las reacciones neuro-químicos en el sistema límbico del cerebro, sino que también son influenciadas por un campo mayor de energía espiritual.

Nuestras reacciones a los acontecimientos de la vida no sólo se graban en nuestra memoria, sino que también afectan a los siete principales centros de energía vital del cuerpo (chakras) y son responsables de nuestros patrones de comportamiento, actitudes, pensamientos y creencias, así como los problemas fisiológicos asociados con el sistema nervioso.

Terapias vibracionales

Existe un número cada vez mayor de terapias que trabajan en el sistema de vibración del cuerpo como: acupuntura, digitopuntura, homeopatía, esencias florales, reiki , musicoterapia, gemoterapia ( sanación con cristales), cromoterapia (sanación con luz y color), radiestesia terapéutica, radiónica, por nombrar sólo algunas.

El correcto entrenamiento de los terapeutas es un factor primordial para obtener resultados reales con estas terapias que son diferentes a los medicamentos químicos de la medicina alópata.

La forma en que actúan estas terapias es un modo más sutil y sus efectos se pueden sentir inmediatamente o a largo plazo siguiendo un proceso terapéutico específico.

Lo más importante de todo es que se apunta a la raíz de la enfermedad, su causa y no sólo a los síntomas.

Sin embargo, siempre propiciamos la integración de esfuerzos y terapias (convencionales y vibracionales) como un camino de sanación que se centre en ayudar a las personas en sus dolencias o enfermedades específicas.

A la hora de sanar no se debe descartar ningún esfuerzo o aporte que pueda ayudar en la restauración de ese bien tan preciado que es la salud.